miércoles, 11 de marzo de 2015

El Día que Lady Gaga Contrató a Una Muchacha de Servicio


Hacía dos meses que Gaga había publicado el anuncio en los principales diarios de circulación local:

"Celebridad busca asistencia para el mantenimiento del hogar en el Centro de Manhattan. Tiene que ser responsable, puntual minuciosa, con experiencia y de sexo femenino preferiblemente.  Interesados, mandar solicitud al apartado: #######"

Y desde ese momento, levantarse a las 9 de la mañana para entrevistar a 1 o 2 aspirantes para el cargo, por día, se convirtió en rutina para Gaga.

A diferencia de otros artistas, que dejan que sus asistentes se encarguen de estas mimiedades (porque les quita tiempo para otras actividades como posar para una sesión de fotos, o asistir a una entrevista), para Gaga esto era un tema de vital importancia: todo aquel que se ha visto en la necesidad de contratar a una persona para que se encargue de los quehaceres del hogar sabe que esto no es tan fácil como te hacen creer.

Más que pagarle a un profesional de la limpieza por quitar el polvo de tu poltrona Le Corbusier, atender el teléfono y fregar el piso de granito italiano, una asistenta o doméstica es una persona que contratas para que conviva con lo peor de tu persona, tu realidad:

  • Sabe que comes y bebes, y cuántas veces  al día: porque tiene que fregar los trastos sucios que dejas en la cocina.
  • Deduce perfectamente si te cayó bien o mal lo que comiste y bebiste: porque tiene que cepillar el toilet 3 veces por semana, como mínimo.
  • Presiente que estás pasando por una mala racha en el trabajo, porque hace 2 semanas que no envías un vestido a la tintorería.
  • Reconoce el momento exacto en el que tu vida sentimental no va bien, porque en el cesto de basura está colmado de envoltorios de frituras y envases de helado consumidos la noche anterior.
En resumidas cuentas: para Gaga no existe diferencia entre una madre entrometida y una mucama. Es dueña y señora de tus secretos, lo quieras o no, y por lo tanto debe ser una persona con la que puedas tener una conexión especial.

Hasta ese momento ya había recibido entre 50 y 80 personas aproximadamente, entre los que contaban: 

  • Una periodista que quería tener una entrevista exclusiva para un tabloide amarillista: Gaga le concedió 30 minutos, le ofreció una bandeja de canapes (que engulleron con gusto) y una copia de una foto de sus vacaciones familiares en el Gran Cañón.
  • 2 representantes de empresas de mantenimiento: amablemente recibió el brief de cada una, pero eso de la impersonalidad corporativa no le atrajo mucho, por lo que desechó ambas opciones.
  • 12 empleadas del JW Marriot que querían probar suerte en el autoempleo: conocedoras de la técnica y eficientes en la práctica, cada una de ellas serían ideales para cubrir las más más altas exigencias de cualquier patrón, o en otras palabras, estaban sobrecalifacadas para el cargo. Las despidió amablemente, no sin antes decirles que Donald Trupm, Kim Kardashian y Miley Cirus también estaban buscando una chacha.
  • Un aproximado de 25 fanáticos que harían todo por convivir con su ídolo del pop: descartados desde el primer momento, pero despedidos con un beso y una selfie para que alardearan en sus redes sociales. 
  • También hubo caballeros que atendieron al llamado que pudieron haber cubierto las expectativas laborales, pero no era lo que Gaga quería. 

Cierto día, digamos que fue un miércoles, llamó a su puerta una chica que tenía algo especial en su mirada y Gaga lo percibió de manera inmediata. Tras recibirla la hizo pasar al salón, como había hecho otras 50 o 80 veces con los otros postulantes, y se sentaron frente a frente. 

Ese día resultó ser un día húmedo y lluvioso, de esos del año en el que el invierno se despide y da paso a la primavera. Gaga, acostumbrada, hasta ese momento, a la visita de reporteros, empresarios y fanáticos, se había puesto un vaporoso vestido de encaje negro forrado en spandex nude. Lucía, además, un maquillaje estructurado y firme, como el de las actrices de la era charleston, coronado con un peinado voluminoso rematado con un velo color carmesí.

La postulante, por su parte, lucía un estilo informal pero impecable. Pantalones de mezclilla de corte estilizado, una blusa blanca sin mangas con un sencillo bordado y una coquetas zapatillas color de rosa. Su rostro, casi impecable, sólo estaba decorada con un labial que hacía juego con sus zapatillas.

-Me dijiste que tu nombre era Dolores ¿No?- Dijo Gaga intentando romper el hielo.
-¡Si!-contestó la chica con cierta excitación contenida, para continuar con la revelación de sus orígenes- mi nombre completo es Dolores Torres, soy hija de inmigrantes mexicanos; mis padres llegaron a principios de la década de los 80, pero yo nací en Norteamérica, en el estado de Texas.
-¡Tengo muy buenos amigos que son de Houston!... Tal vez no los conozcas, en su mayoría son productores y compositores de más de 40 años que he conocido en los medios. Son gente muy amable y trabajadora los texanos.
-Si te refieres a los cowboys, esos si son sencillos y trabajadores, pero en la ciudad hay todo tipo de personas, buenas y malas, trabajadoras y holgazanas, amables y despiadados... Creo que hay que convivir con todo tipo de personas para saber que nos depara la vida, porque si esperamos que todo sea un lecho de rosas no podríamos afrontar la parte mala de la vida.
-Tienes razón en eso... -Gaga hizo una pausa, mientras salía del estupor en el que se había sumergido escuchando la disertación social de esa joven que no tendría más de 22 años, para continuar con la lista de preguntas básicas que requería esta entrevista laboral-¿Qué haces en Manhatan actualmente?...
-Estoy estudiando...
-¿Qué estudias?...
-Estoy sacando la colegiatura en humanidades, para especializarme en educación...
-¿Por qué estudias educación? ¿Quieres ser maestra?...
-Si, me encanta la idea de enseñar.
-¿Por qué?
-Porque me gustaría dejar algo de mí en otros, de mis vivencias, de mi cultura, de mis experiencias...
-¿Sabes que la profesión de maestro es una de las menos remuneradas?
-Si, lo sé, y si mi meta de vida fuese tener una mansión, atendida por un séquito de sirvientes, autos de lujo y millones de dólares en una cuenta en Suiza sólo tendría que ganarme la lotería o casarme con un millonario, pero no dejaría de ser maestra.
-¿qué quieres decir con eso?
-Simple, la riqueza siempre estará a la vuelta de la esquina, si la buscas, pero poder hacer lo que realmente se quiere, no tiene precio.
-¡Bien!... ¿Te puedo preguntar algo?
-Si...
-¿estás consciente de que has venido a una entrevista para ser empleada doméstica en esta casa?...-Preguntó Gaga, enfatizando el motivo de la reunión, pues no se creía que esta chica entendiera el contexto de la situación.
-Claro que si, y no me molesta la idea de ganar algo de dinero que me ayude a pagar algunos gastos...
-¿Y sabes hacer algunas labores del hogar?
-Indudablemente. Si bien mis padres eran personas que trabajaban durante el día y la noche, nos enseñaron algo: las personas son como las casas, en el exterior podrás aparentar lo que quieran, pero en algún momento la suciedad se colará por la ventana.

Para Gaga El tiempo pareció detenerse en ese momento, y se dedicó a conversar con la chiquilla durante unas 3 horas que parecieron segundos. Preguntó sobre la historia de su familia, y comentaron anécdotas de la escuela. Y entre un cuento y otro recorrieron la casa sin parar de hablar. 

Sin darse cuenta tomaron un trapeador y limpiaron la sala. Estuvieron largo rato en la cocina hablando de sus exnovios mientras lavaban la losa. Entre las dos arreglaron el dormitorio comentando las últimas películas que habían visto, y lo decepcionante que resultó la versión fílmica de 50 sombras de Gray. 

Repentinamente el reloj marcó las 5 de la tarde, cuando Gaga y su invitada volvían a tomar asiento en la sala:

-¡Mira la hora! ¡Que tarde es!...-Exclamó Gaga...
-¡Si!-replicó Dolores- Me tengo que ir ya, no quisiera perder la clase de las 6...

En ese momento Gaga volteó, y miró que su casa estaba reluciendo de limpio, no daba crédito a lo que había pasado. Por su parte, Dolores tomaba sus cosas para marcharse y antes que abriera la puerta de salida, Gaga tomó por el brazo con ganas de cuestionarle sobre muchas cosas, pero no pudo articular ninguna palabra. 

-Cobro, 10 dólares la hora- dijo Dolores rompiendo el silencio- Puedo venir 2 o 3 días a la semana, no cocino ni cuido niños, ¿quieres que venga los martes y jueves, o lunes, miércoles y viernes?-

-Martes y Jueves estará bien- respondió Lady Gaga mientras veía a Dolores desvanecerse en el Ascensor. 

  

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